Padres ausentes.
Existen deferentes factores que pueden determinar la ausencia del padre.
Esta ausencia puede ser real o simbólica.
Podríamos definir como ausencia real, todos aquellos casos en los que después del nacimiento de un hijo, el padre ya no está en el plano físico (por defunción) o bien otros casos en los que el padre ha abandonado el hogar y no ha conocido a su hijo, aquí podríamos incluir casos de madres solteras o madres que han concebido a sus hijos por inseminación artificial.
En los casos de padres ausente simbólicos, es muy distinto, pues aunque la figura del padre si está presente físicamente, es como si no estuviera. Es decir son padres que están pero que no están, o que no están lo suficiente Normalmente suelen ser padres que delegan prácticamente todo a las madres, ben sea porque su trabajo no se lo permite ya que están demasiado ocupados y fuera de casa todo el día, o a veces sencillamente por patrones ancestrales que llevan en su memoria, no saben hacerlo de otra forma dando la sensación de que se despreocupan de todo lo referente a sus hijos aunque en realidad no sea así.
Pero decir que todos y cada uno de los casos son importantes ya que biológicamente la figura del padre es muy importante para los hijos tanto en la infancia que es donde se forjaran los cimientos, en la adolescencia, que sería como un portal difícil de pasar ya que es una etapa de transición y de cambios que definirá la madurez que más adelante se mostrará en la edad adulta.
Para darnos cuenta de la importancia del padre, podríamos definir que es como la columna que sostiene un techo o el pilar de la casa. Si no hay un padre presente, fuerte, que proteja a los miembros del clan y que sostenga los pilares de la casa, entonces la casa se cae y esto puede llevar a que el hijo se sienta desprotegido, ya que no tiene a su padre en el lugar que se corresponde, por tanto, le falta su protección su pilar y su alimento.
¿De qué forma afecta esto a los hijos?
Puede afectar de distintas formas que irán muy marcadas por la manera en la que el hijo vive su experiencia.
Pongamos varios ejemplos.
Si se trata de un padre ausente por un tema de alcoholismo u otra dependencia en la que además existe un maltrato a la madre o incluso al propio hijo, entonces se estará gestando un hijo lleno de odio y de rabia. Suelen ser niños que siempre están de muy mal humor y algo muy curioso suelen morderse las uñas, porque en su realidad lo que querrían es defenderse, pero como no pueden porque no es lo políticamente correcto y se reprimen, viven su mundo en una mezcla de rabia y dolor oculto en contra del padre.
Pero no hay mal que por bien no venga, estos hijos aunque impregnados de rabia, suelen ser autosuficientes, no les gusta depender de nadie.
Padre ausente por exceso de trabajo, no suele estar nunca en casa y la madre ha asumido toda la responsabilidad con el hijo. Ella se encarga de todo.
Normalmente estos chicos no crecen en la rabia, pero si pueden hacerlo en la tristeza y añoranza, esperando a que su padre venga a verle en la obra de teatro de fin de curso, o en la fiesta de su cumpleaños o en cualquier otra celebración que sea importante para él. Suelen ser niños tristes y apáticos ya que ponen todas sus expectativas y esperanzas en la madre, pero claro está la madre no puede asumir el papel del padre por mucho que se lo proponga, no es biológico.
Padre ausente por la madre castradora. Aquí podemos hacer referencia a un padre sumiso totalmente al que la hembra le ha quitado toda autoridad. Es un padre que no tiene ni voz ni voto y ha perdido totalmente su papel. En este caso la madre es la que lo decide todo si o si. Pero además este tipo de padre tiende a ser ridiculizado por la madre.
¿De qué forma puede repercutir esto en el hijo? En este caso los hijos suelen ser bastante tímidos y viven constantemente en el miedo, por dos razones , porque la madre también les castra, y porque no sienten la protección del padre, por tanto en este caso estos hijos viven en el miedo por doble partida. Sería algo así como " Si me enfrento a mi mamá me castra" y además "no tengo a mi papá para que proteja" Imaginaros que angustioso es para estos niños.
Padre castrador. En este caso aunque la figura del padre está físicamente, tampoco sirve de mucho porque suelen ser personas muy autoritarias, tiene tendencia a gritar demasiado a la hora de decir las cosas y no permiten voz i voto a sus hijos, hasta tal punto que esos hijos también siente la ausencia del padre, ya que no se les tienen en cuenta para nada, no pueden opinar ni decidir. Todo son ordenes y hay que acatarlas, de no ser así, incluso pueden llegar a insinuar a sus hijos que se marchen de casa. Estos hijos lo viven como una amenaza en el territorio, ya que para ellos la figura del padre en ciertas ocasiones puede que lo vean como a un depredador.
Resumiendo que la figura del padre es de vital importancia para el buen desarrollo y crecimiento de los hijos. Biológicamente el papel que ejerce el padre no lo puede asumir la madre, de igual forma que la madre no puede ejercer el papel del padre, exceptuando aquellos casos en los que por circunstancias de la vida no sea absolutamente necesario.
Si queréis que vuestros hijos crezcan fuertes, seguros, autónomos, firmes, contentos, no olvidéis que no hay nada más hermoso para un hijo que su padre le reconozca como tal. No les castréis, permitid que caigan para que puedan levantarse de nuevo, para que puedan aprender y crecer igual que nosotros lo hicimos en su momento. Pero si además sois su amigo y podéis conecta con el corazón de vuestros hijos, se sentirán dichosos, lo recordarán siempre y os amarán por ello.
Un hijo es un regalo del cielo , un regalo divino y muchas veces no resulta fácil la convivencia quizás porque nos faltan herramientas para hacerlo, pero ahora ya no hay excusas que valgan, hay mucha información, por suerte hemos despertado y crecido.
¡ Así que ánimo, merece la pena al menos intentarlo!
Montse Torres