Madres Toxicas
Este es un tema un tanto delicado, porque puede que alguna madre pueda sentir herida su
sensibilidad, pero este no es el
objetivo de este mensaje, simplemente que si lo estás leyendo es para algo, si
te resuena o te sientes identificada con alguna de las cosas que encuentres en esta publicación, habrás dado un gran paso,
porque ahora ya estará en tu mente
consciente y entonces te darás cuenta de que quizás haya algunas formas de tu
proceder que si quisieras podrías cambiar.
En caso contrario si no te resuena nada o sientes que nada de esto va contigo, ¡ bravo! Seguramente tú ya has hecho los deberes o sencillamente no te interese este tema para nada.
Todo es respetable, no hay nada bueno ni malo, todo es como tiene que ser.
En primer lugar decir que una madre toxica, es aquella que no permite que sus hijos crezcan. Sí es así de simple.
Evidentemente que la madre toxica no se da cuenta de lo toxica que es porque ella cree que es su naturaleza, pero decir que todo se puede cambiar.
Cuando vemos que las cosas, las relaciones con los hijos no funcionan como deberían de funcionar, quizás sería bueno poner un poco de atención, y preguntarnos porque nuestro universo nos pone en esa situación e ir buscar una solución.
Si tú cambias, tu universo también cambia.
Madres dominantes.
Son aquellas que siempre quieren dominar a sus hijos en todos los aspectos. No importa si tienen razón o no lo importante es dominar la situación siempre. No permiten voz ni voto a los demás porque siempre tienen razón. En ocasiones incluso pueden llegar a anular la autoridad del padre.
Madres controladoras.
A estas madres les gusta controlarlo siempre todo, absolutamente todo, saber dónde están sus hijos, que hacen con quien van, que comen, como visten, si entran si salen, o sea que controlan por completo la vida de sus hijos pero no les falta el respeto de forma verbal. ¡ menos mal !
Madres extremadamente protectoras.
Normalmente y curiosamente suelen ser madres que a las que les costó mucho quedarse embarazadas. Suelen ser personas con muchos miedos a todo y es por eso que protegen a sus hijos de una forma excesiva. Los mantienen entre algodones para que no se lastimen, les guían constantemente, y se lo ponen todo tan fácil que no les permiten hacer nada que antes no haya sido supervisado por ellas y vean que ya es una zona segura para sus hijos.
¿Pero qué ocurre con esta protección tan extrema ? Que estos hijos crean tal dependencia de la madre que llega un momento que son incapaces de hacer nada por si solos, hasta tal punto que si pierden a su madre, pierden su referente.
Madres castradoras.
Estas son aquellas madres que nada de lo que hacen su hijos les está bien. Siempre tienen razón en todo y no permiten que su hijos hagan nada que no pase por su aprobación si es que alguna vez aprueban algo. Normalmente nunca aprueban nada y existe una especie de relación amor odio entre este tipo de madres y sus hijos, que no tiene explicación. Suelen ser personas bastante amargadas y raras veces dan su brazo a torcer.
Madres autoritarias.
Estas madres directamente mandan y mandan y no permiten ni siquiera que sus hijos opinen. Manda sin más y punto, sin tener en cuenta a sus hijos o lo que ellos puedan sentir u opinar.
Madres ausentes.
Son aquellas madres que están pero que no están. Aunque están físicamente , siempre buscan cincuenta mil excusas para no hacerse cargo de sus hijos, o no tienen tiempo, o tienen demasiado trabajo y no pueden con todo o siempre están enfermas.
¿De qué forma afecta esto a los hijos?
Biológicamente un bebé necesita de la protección de la madre para sobrevivir, de no ser así moriría de hambre , de sed y de frio. En la medida en la que va creciendo lo ideal es ir soltando poco a poco para que pueda crecer y tener toda aquella seguridad que más adelante le será necesaria para desenvolverse por sí mismo. Si se le da todo hecho todo fácil, se le castra, se le impide, se le condiciona, se le impone el único resultado será criar un hijo inseguro, frágil, lleno de rabia de rencores o sumiso hasta tal punto que puede incluso no ser capaz de tomar una decisión por sí mismo.
Así que en beneficio de nuestros hijos desde el corazón y desde el amor que sentimos hacia ellos, permitamos que crezcan fuertes, seguros y demos la libertad que necesitan respetando siempre su espacio.
Si sois amigas de vuestros hijos, si les dais la libertad que necesitas, la confianza y permitís que caigan para que puedan levantarse de nuevo, si podéis llegar al corazón de vuestros hijos con amor desde el corazón y sin condicionamientos, entonces podréis llegar a ellos y os amarán y os respetarán siempre por todo cuanto les habéis dado.
Si los castráis, condicionáis, bloqueáis o sobreprotegéis, puede que un día os odien por ello.
Así que cada una decida lo que más le resuene, pero no hay mayor recompensa para una madre que sentir que sus hijos la aman desde el corazón, y creedme, esa es una recompensa que os hará sentiros dichosas y entonces os daréis cuenta de que vuestro trabajo a valido la pena.
Montse Torres