El poder de la palabra.
La palabra tiene mucho más poder de lo que podamos imaginar, tanto es así que cuando ciertas frases o comentarios se hacen contra alguien y repetidas veces, puede crear una especie de programa en el inconsciente de esa persona hasta tal punto que llega a creérselo e incluso puede cambiar su forma de comportamiento.
Pongamos un ejemplo típico. El niño que en el colegio le va mal, porque no estudia mucho y tienen algunos suspensos. La frase más típica para algunos que aún no comprenden el poder que tienen las palabras seria " Tu nunca serás nada en la vida" o "Tienes que estudiar pasa ser alguien en la vida" o "Eres un inútil y nunca harás nada en la vida" Todas estas frases y comentarios tan poco valorativos aún por desgracia se están utilizando en el día a día en algunos colectivos.
La ignorancia, la falta de conocimiento , las creencias y los patrones ancestrales, nos pueden llevar a tener estas formas de comportamiento y utilizar este lenguaje que de alguna forma no resulta nada apropiado para nadie, si no todo lo contrario, es destructivo.
En muchas ocasiones y por desgracia el propio fracaso de los padres por no haber estudiado lo suficiente, o por haber abandonado los estudios , hace que machaquen a sus hijos con estas frases tan destructivas.
Se sobre entiende que si a un niño los estudios le van mal, posiblemente esté atravesando una etapa difícil y no tenga la fuerza ni la capacidad necesaria en esos momentos para concentrarse. En lugar de lapidarle con frases tan destructivas como las mencionadas anteriormente, quizás sería bueno plantearse el por qué le está pasando esto y que es lo que le provoca dicha situación. Pero ante todo y lo más importante nunca jamás desvalorizarle más de lo que ya pueda sentirse, pues una frase dicha en un momento dado puede causar un daño tan grande que puede condicionar su vida a unos niveles inimaginables.
Por tanto el utilizar un lenguaje rico en palabras que ayuden a subir la autoestima es el mejor de los regalos que podamos hacer a todos y a nosotros mismos.
Un lenguaje rico en palabras positivas como "Sí puedo" "Soy capaz" "Voy a conseguirlo" y otras, esta es la clave.
Montse Torres